Para que nuestro cuerpo esté en buen estado es fundamental seguir hábitos de alimentación saludable y realizar actividad física. También es imprescindible detectar y eliminar las comidas nocivas. Existe un hábito nocivo y muy frecuente que cometemos y perjudica el estado de la piel y el pelo.

Se trata del consumo excesivo de azúcares, sobre todo del tipo refinado. “Este es uno de los alimentos que más influyen en el envejecimiento de nuestra piel y nuestro cabello”, explica la nutricionista y farmacéutica Paula Martín Clares, sobre este punto

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La razón: un proceso conocido como glicación. El sitio especializado Deutsche Farma explica que en términos dermatológicos se denomina así a la reacción espontánea de la glucosa sanguínea con las fibras dérmicas del colágeno y la elastina.

Los productos resultantes de la glicación se acumulan tanto dentro como fuera de las células y se unen a las proteínas de la membrana plasmática, circulantes y estructurales; acelerando el proceso de envejecimiento de la piel.

“Cuando tenemos altos niveles de glucosa en sangre, se da una reacción espontánea de la glucosa sanguínea con las fibras dérmicas de colágeno y elastina. En otras palabras, cuando hay demasiado azúcar en nuestras fibras cutáneas el cuerpo reacciona”, agrega Clares en la edición española del sitio Womens Health Mag.

El azúcar refinada, una enemiga silenciosa de la piel rozagante. El Confidencial

Cómo regular el consumo de azúcar en nuestra alimentación

El azúcar está en muchos de los alimentos que consumimos, desde las frutas y las verduras hasta las bebidas. Para reducir su consumo, pueden seguirse las siguientes recomendaciones:

- Evitar en lo posible los alimentos procesados, ya que suelen contener más azúcares que los alimentos frescos.

- Leer con atención las etiquetas de los alimentos envasados. Muchos de ellos tienen azúcar agregada para lograr un mejor sabor.

- Beber más agua y restringir las cantidad de bebidas azucaradas, como gaseosas o jugos industrializados.

- Reducir o evitar el consumo de lactosa. Preferir en cambio las leches deslactosadas y los quesos bajos en lactosa, como el suizo o el queso feta.

- Al realizar postres caseros, sustituir el azúcar refinada por dátiles, compota de manzana u otras opciones naturales.